Klaxons - Landmarks of Lunacy EP
Con un mayor alcance y más temazos que su debut, Surfing the Void fue un sólido, pegadizo siguiente paso para la banda. Landmarks of Lunacy actúa como la pieza que conecta a ambas en un intento de crecer y ser relevantes. El único proble es que la música en sí es acuosa y completamente olvidable. Mientras la banda se retorcía para encontrar un nuevo y más maduro sonido, optaron torpemente por rutas seguras en casi cada giro.
Los Klaxons pasan la mayoría del EP dando vueltas sobre sí mismo, arrastrándose lentamente por los movimientos y fallando en conseguir algo del imaginario colorido que marcó su debut. Ahí había una banda que una vez creció con una única y cinética energía, para encontrase forzando texturas sicodélicas sin sentido y deambulando sin foco por el Britpop (presentado de forma letárgica y sin mezclar). Es una gran decepción. A pesar de su calidad de ambrosia, “The Pale Blue Dot” y “Silver Forest” están a medio formar, fallando en conseguir el mucho más lejano sentimiento cósmico que estaban buscando.
La mejor parte de Landmarks of Lunacy es saber que las cosas finalmente fueron a mejor para los Klaxons, y que un trepidante mojarse los pies en lo desconocido es sencillamente una parte del proceso de hacer un disco. Así que es en realidad bastante frívolo machacar demasiado estas cinco canciones, especialmente considerando que los chicos fueron los suficientemente buenos como para dar estas canciones. De hecho, dos de ellas quizás hasta se queden un poco más de tiempo en vuestros discos duros: “Wildeflowers” parece una ahumada y siniestra respuesta a “Strawberry Fields Forever” y “Marble Fields”, que podría haber sido un corte de Surfing the Void menor, se balancea lentamente, crispado y sedoso al mismo tiempo. Landmarks of the Lunacy debería ser considerado un suvenir para los obsesivos de los Klaxons exclusivamente. Para el resto, bueno, al menos el precio es justo.